Contra la gleba de Leopoldo
Ha muerto Leopoldo Calvo Sotelo Bustelo, y no puedo estar menos de acuerdo en las afirmaciones ofrecidas por diferentes articulos.
Se dice que el pueblo Ribadense lo adoraba. Como ribadense he de ofrecer mi opinión de primera mano.
He traducido al castellano parte del articulo que tengo en mi blog gallego.
Quien era Leopoldo Calvo Sotelo para los ribadenses.
Hoy Ribadeo está lleno de periodistas y cámaras, preguntando como imbéciles a la gente que pensamos. A mi no me han preguntado, y como lo hagan no lo publicarán.
Lo que diré de el es lo que siempre, siempre, siempre escuche decir :”Ribadeo no tiene industria porque Calvo Sotelo no quiere”.
Si yo le digo esto a un periodista, este me pedirá fuentes, pero…¡es que es vox pópuli! “Ribadeo no tiene industria porque Calvo Sotelo no quiere, no le gusta que se estropee y afee todo” A mi que ahora no me vengan con que vaya hombre más campechano que paseaba por las Cuatro Calles con su mujer, porque sí, aquello era verdad, pero esto también lo es.
Ah…luego que no digan que tanto hizo por Ribadeo, esto y lo otro….en lo que ha convertido Ribadeo, tanto por acción como por omisión, ha sido en esto:
- La ría de Ribadeo se ha echado a perder, está llena de arenas en el Tesón (Tesón: accidente geográfico de la ría, que consiste en una pequeña “playa” situada en el medio de
- Eso sí, en el libro de pláticas de familia (lo sé porque en su momento me gsté los veintipico euros que costaba el libro, ya que cuando salio no lo regalaron a la biblioteca de Ribadeo: supongo que ahora ya estará porque sería comprado por el ayuntamiento. Además lo leí cuatro veces. Su rechazo y maniqueísmo hacia la lengua gallega desde la primera frase, no tiene precio. Es un buen ejemplo de inteligencia barriosalmantina-postpozuelina) las páginas de guardas de la cubiertas son una carta náutica de
- Una industria yatera que solo beneficia a las clases altas foráneas. Dichas clases altas, están en un buen porcentaje caracterizadas por hacer mal uso de su cultura, y por el rechazo sistemático de nuestros valores culturales. Solo les justifico cuando pienso que hay que comenzar por uno mismo a hacerse respetar.
- Un montón de imbéciles que soportar si trabajas hacia el público en Ribadeo.
- Constructores. Propios, ajenos y gentuza venida a más. Y esto se ha juntado en los últimos años con la burbuja, y ha mandado a tomar por saco a nuestra costa.
Una industria turística basada no en el valor añadido de la historia y la naturaleza, sino del datismo y la caipiriña, ha traido lo siguiente:
- Cocaina a reventar. Coca de comida y de cena. Coca en restaurantes y todavía más coca en los bares, y hasta casi en las tiendas de ropa. Estoy hasta el culo de la gente, hasta conocidos, que hacen uso y abuso de esta substancia. El negocio de la harina mueve mucho. Muchos, muchos euros, muchos intereses y mucha mierda. ¡Que se vayan a tomar por el culo ya!¡Puto negocio de la harina!¡mi abuelo era molinero, pero no de ese grano!
- Ruido. No es ninguna broma, es una putada. Es una pérdida de salud, y me parece patético que todos los grupos políticos, TODOS, mirasen hacia otro lado. Al igual que en el caso de la coca, muchos intereses, pero de los magnates que son los dueños de los pubs. En Berlin he visto que pueden coexistir los locales nocturnos de hostelería y el descanso de los vecinos.O los políticos ribadenses se han gastado el dinero en putas o no se en que carallo se han gastado el dinero de gastos de viajes. Yo casi no he viajado y he visto esto…¿ellos que hacían? A verlas venir.
- Ecología. Es una desgracia ver el desprecio de la que podría ser madre de todas las iniciativas de futuro, económicas y personales.
- Futuro de la juventud: paro, emigración, destrozo de los nuevos emprendedores….de eso puedo hablar largo rato, dado que soy protagonista de las tres opciones.
Ribadeo no tiene industria, ni polígono industrial, ni nada. Solo tienen un montón de parches aquí y allá, y juventud emigrando: eso es lo que hizo Leopoldo Calvo Sotelo.
El que viene en un yate, perdon, el que tiene invernado un yate de policarbonato en Ribadeo, verá lo que quiere ver. Caipiriñas ricas ricas, una rayita por aquí, una chiquita por allá, vámonos a hacer una ruta, que buenas estan las ostras, yo trabajo de guardaespaldas, yo salgo con el sobrino tercero eh. Nada que objetar si todo estuviese bien hecho, pero lo que no puedes es destrozar el patrimonio cultural arquitectonico como se ha dejado hacer y se deja caer, porque parte de este patrimonio sea de Leopoldo o de la familia Calvo Sotelo o de sus amigos. Ha pasado el tiempo y ahora parece que la gente tenga que ver pubs cerrados como el gran logro arquitectónico ribadense “aquí se metia coca fulanito, ministro o gobernador o constructor” , rezarán las placas metálicas de los edificios.
No soy tan cobarde para decir esto ahora, lo he dicho siempre. Y tampoco soy tan cabrón para exagerar las cosas.
Como persona, lo cierto es que he tenido un trato muy limitado con el, y ha pesar de esto respecto a Leopoldo me quedo con tres recuerdos
1- y aunque pueda parecer surrealista: yo leyendo muchas veces el antiguo testamento en la parroquia. Lo recuerdo sentado con su mujer escuchándome.
2- Leopoldo paseando con su ciclomotor vespino, comprado en el taller de Oliveros y sin seguridad alrededor. En momentos así, a principios de los años noventa del s. XX en Ribadeo, parecía que disfrutase del pueblo.
3- Vendiéndole magdalenas cuando yo trabajaba de dependiente. Al contrario que muchos wanabees del barrio del Pilar de Madrid que te tratan con un desprecio como si fuesen marqueses del barrio de Salamanca de Madrid, esta persona sí tenía un mínimo de educación y saber estar. En estas mismas circunstancias también conocí a Fernando Morán, con un trato mejor si cabe.
Que descanse en paz, de verdad.
Que no descansen los caciques, y los articulistas haciendo artículos babosos. Y los políticos ribadenses pelotas. He visto más de un artículo baboso y servil a mas no poder, parece que los siervos de la gleba no desapareciesen en la edad media, sino que siguieron y siguen viviendo en Ribadeo.
Servilismo baboso de dos años cuarenta en el Ribadeo del siglo XXI
Aquí todo se permite. Esto parece la novela de los santos inocentes.
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